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Laurent Ferrier y el arte de sus acabados
28/01/2025
Opinión
24 Horas de Le Mans 1979
François Servanin y Laurent Ferrier son las mentes maestras detrás de la fundación de la marca que porta el nombre de uno de ellos: Laurent Ferrier, en caso de que no sepan de qué estamos hablando. Pero la amistad y compañerismo de ellos dos se extiende más allá de la relojería, esto se debe a que su pasión por lo mecánico no solo yace con los relojes, sino en otro tipo de juguete… los autos de carreras.
Tanto Servanin como Ferrier participaron en múltiples competencias a lo largo de su vida, principalmente en circuitos de carreras al mando de autos de la categoría Grupo 5. La historia de ambos culmina en 1979 cuando fueron co-equiperos en las 24 Horas de Le Mans.
En esta competencia manejaron un Porsche 935 con el que se enfrentaron a titanes del deporte como Klaus Ludwig, Jean Ragnotti, Henri Pescarolo e inclusive el actor Paul Newman, quien cada vez se tomaba el deporte motor más seriamente. Fue el propio Ludwig quien salió triunfante en aquella carrera en 1979, con los infames hermanos Whittington como co equiperos, mientras que Newman terminaría en segunda posición. ¿El tercer lugar? Bueno, ese se lo quedaría Laurent Ferrier, François Servanin y François Trisconi en su famoso 935 verde número 40, portando los colores de Vaillant.
Esa aventura no se quedaría como un recuerdo en el álbum familiar, hoy en día existe la marca Laurent Ferrier, donde ha habido varios de sus relojes que se inspiran en aquellas 24 Horas de Le Mans de 1979, notablemente el Sport Auto 40.
El arreglo entre ambos socios es muy armonioso, François Servanin es el CEO de la empresa, mientras que Laurent Ferrier (relojero de tercera generación y de vocación) se encarga de las artes mecánicas. En los relojes es palpable la pasión y dedicación que recaen en sus piezas, con un diseño sobrio y discreto, pero que oculta verdaderas joyas en su interior. Tomemos el Laurent Ferrier Galet Classic Tourbillon Double Spiral como ejemplo, este es un reloj que ha ganado premios del GPHG y que al mirar el mecanismo es evidente por qué. Pero no insiste sobre sí mismo, muchas marcas eliminarían la estética de una carátula bien resuelta con tal de que se vea el tourbillon. Laurent Ferrier no es así, porque sabe que tú sabes que está ahí, no necesitas mostrárselo al mundo.
Actualmente el propio Laurent Ferrier y su hijo Christian Ferrier lideran el área mecánica de la marca creando piezas como el ya mencionado Galet Classic Tourbillon.
Dentro de sus manufactures, Laurent Ferrier tiene un equipo de quince relojeros y 8 decoradores dedicados exclusivamente a la producción de mecanismos. En cuanto una pieza sale del CNC o del torno donde se está moldeando el metal para producir las piezas, éstas pasan a las manos de aquellos relojeros/artesanos que se encargan de que el producto final sea terminado y ensamblado con la más alta atención al detalle y calidad.
Laurent Ferrier le pone tanto énfasis a esta parte de la manufactura de los mecanismos (los cuales todos son propios de la marca) que los relojeros también pasan alrededor de 30% de su tiempo decorando partes de acero y otros metales que son para los mecanismos que ensamblan y prueban. Para dar una idea de lo dedicada que es la marca Laurent Ferrier a esta parte de su proceso, para tener un calibre LF270.01 listo para entrar en el Sport Auto 40 mencionado anteriormente, deben de ocurrir 139 procesos de acabado y decorado MANUAL para darle a las piezas metálicas ese aspecto que tanto enaltece la reputación y presencia de Laurent Ferrier. Tales procesos logran acabados y decorados como lo son el satinado, el “perlage”, el “Côtes de Genève” y el biselado.
Laurent Ferrier realmente produce piezas atemporales que combinan la belleza de lo mecánico con lo hermoso de la artesanía.
Los talleres de Laurent Ferrier son un lugar donde la perfección apenas y logra cumplir con todos sus altísimo estándares.
