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Breguet Reine de Naples: un objeto precioso

20/03/2024

Opinión

Existen grandes misterios en la vida, misterios sin resolver de objetos perdidos que se perdieron en el éter, piezas que están relegadas a existir únicamente en las páginas de la historia condenados a hallarse únicamente en la memoria.

Objetos como “La voiture noire”, el Bugatti que se perdió en el transcurso de la segunda guerra mundial, probablemente destruido para usar sus preciados metales en la fabricación de artillería, la cruz de Goa de Olivier Levasseur quien condenado a la horca dejó un acertijo que te llevaría su tesoro, acertijo que nadie ha podido resolver o el infame McLaren F1 que se rumora está aquí en México.

De esos fascinantes objetos de la historia está un reloj Breguet cuya existencia dejó de documentarse a mediados de los años 1800´s, esta mítica pieza fue parte de la extensa colección de la reina de Nápoles Caroline Bonaparte (si, esa Bonaparte) quien era particular fanática del trabajo de Abraham Louis Breguet.
A tal grado que tuvo 30 piezas procedentes del gran relojero, una en particular fue pedido especial que la reina le hizo a Breguet, en 1810 la reina pidió un reloj que ella pudiera usar en su muñeca, rompiendo con la tradición del momento de que las damas portasen su reloj como collares de sautoir.

Caroline Murat fue una figura muy imponente en la historia, quien además de tener un gran interés por los artefactos mecánicos también se le veía involucrada en las bellas artes, en cuestiones económicas, sociales y educativas que mejoraran la calidad de vida de su reinado.

Breguet felizmente le cumplió su pedido a la reina, un reloj ovalado con una carátula plateada guilloché con varias complicaciones, repetición de cuartos, fase lunar y termómetro, además del pedido más importante, un brazalete de pelo tejido con hilo de oro permitía llevar el reloj en su muñeca.

Sorprendentemente esta pieza hoy en día está perdida, afortunadamente las sagradas escrituras del archivo histórico de Breguet brinda una detallada bitácora de la historia del reloj, así como todos sus detalles, hoy en día la legendaria marca suiza conmemora al reloj, la Reina de Nápoles y a la mujer con el nuevo Reine de Naples 8918, cuya apariencia está parcialmente basada en aquel mítico y extraviada pieza de Caroline Murat.

Hoy en día el reloj viste el color verde menta en distintas tonalidades en los índices, detalle que le da contraste y mayor profundidad.
Mientras que la carátula está hecha de nácar blanco y la circunferencia de la horas presenta la técnica del engaste nieve.

Alrededor de las manecillas podemos ver la escala de los minutos, la cual está conformada de símbolos inspirados en los relojes de bolsillo desarrollados por Abraham-Louis Breguet y son señaladas por las manecillas míticas manecillas Breguet à ponme.

A las 6 podemos hallar un enorme un diamante en forma de pera, que forma parte de los 117 diamantes que decoran al reloj.

El Reine de Naples se mueve gracias a a un calibre automático 537/3 una reserva de marcha de 45 horas con una espiral y un escape de áncora en silicio.
Además de que el rotor de este mecanismo está hecho de platino el cual incorpora una decoración Côtes de Genève, los tornillos pulidos y el biselado del movimiento.

El mecanismo es visible por medio de una tapa de zafiro al reverso del reloj, mismo lado donde Breguet nos pone la composición química de la caja, Au750 para recordarnos que la caja ovalada está hecha de oro blanco.